viernes, 6 de junio de 2014

El sueño español, sí se puede

El sueño español, subtitulado Sí se puede, es un proyecto complejo que comencé hace aproximadamente un año. Llevaba mucho tiempo dándole vueltas a escribir un libro en el que expresar mi humilde pensamiento político, un pensamiento que ha ido evolucionando durante muchos años, moldeado por mi vida profesional en la cual el contacto con la clase política ha sido constante y el sentimiento de casta, ese nuevo término político que se ha puesto de moda, lo he vivido en mis carnes en primera persona cienes de veces. 

Y es un sentimiento que he vivido no sólo en el campo político, sino también en el económico y en el enorme sector público de este país, donde hay una brecha enorme entre las grandes empresas que medran gracias a las decisiones políticas a cargo de los presupuestos públicos y un cáncer muy extendido de cargos de confianza fruto del amiguismo que hacen de barrera inexpugnable entre los funcionarios y la clase política.

Pero esta crisis está trayendo consigo una revolución social muy importante, que se empezó a expresar el 15 de mayo del 2011. Hasta entonces habíamos vivido un individualismo en la lucha social que tenía dos características principales: las protestas eran sumamente clasistas por un lado, y siempre defendían intereses particulares.

Así pues, las grandes huelgas generales o manifestaciones se realizaban por la clase obrera y buscaban garantizar sueldos, salarios y puestos de trabajo. Eso cambió. Las mareas ciudadanas unen a médicos con celadores, a jueces con pasantes, a catedráticos con bedeles, y no buscan la defensa de sus intereses sino del servicio que se ofrece a la sociedad. Son dos cambios brutales de concepción de la protesta. Desaparece el sentimiento de clase, y la lucha por los intereses privados y aparece la heterogeneidad del movimiento ciudadano y la lucha por un servicio a la sociedad.

Después de empezar varias veces el libro, sin saber cómo plasmar mis ideas, me decidí por la narrativa, donde un personaje, Don Leandro, encarna a un empresario que medra gracias a la corrupción política, y que me sirve para recorrer un número importante de escándalos  en España, desde el lino, hasta las grandes estafas bancarias o las inversiones en infraestructuras inútiles.

Por otro lado, Ángel, un ingeniero que me sirve primero para mostrar el desmoronamiento económico del país visto desde abajo, y por otro, la lucha contra un régimen vertical y la implantación de una serie de reformas económicas y sociales que la ciudadanía está pidiendo a gritos, reformas que pueden parecer radicales, pero que en esencia son copias de otras ya existentes en países de tan dudosa trayectoria democrática como Estados Unidos, Suiza, Alemania o Brasil.

Unos cambios profundos, como son las regulación de las Iniciativas Legislativas Populares, la estabilización de las normativas, basar el estado en cuatro pilares fundamentales: Sanidad, educación, protección social y seguridad, trabajar en la regulación de los mercados no para favorecer al capital sino a la sociedad, establecer mecanismos de creación de empleo y consolidación de mercados y fijación de capitales, cambio de concepción del ejército, que pasaría de buscar los enemigos del país dentro, a defenderlos fuera de nuestras fronteras, un cambio de concepción territorial hacia la interrelación entre comunidades... y sacar de los presupuestos del estado a tres parásitos sangrantes: la iglesia, la monarquía y los enchufados a dedo.

Y aparece un tercer personaje, algo secundario, Vanessa, pero eso ya deberéis descubrirlo en el libro.

Si eres de los que disfrutan, como yo, de la lectura sintiendo el tacto del papel en tus dedos, puedes adquirirlo en Amazon en este enlace.

Y como muestra un botón, pinchando aquí puedes leer los tres primeros capítulos del libro.

Como siempre, espero que os guste el libro, y que dejéis vuestros comentarios aquí, en esta página.

Y como ya sabéis muchos de vosotros, mantengo vivo un blog, Desde mi espacio, y tengo más libros publicados, que podéis encontrar siguiendo el enlace.


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